lunes, 6 de febrero de 2006

La Inquisición II. Un poco de historia

Para los especialistas, la leyenda negra de la Inquisición está ya superada. No así entre el gran público, que no entiende cómo durante tres siglos y medio casi 5.000 personas pudieron ser ajusticiadas por motivos religiosos.

El fenómeno es comprensible -no justificable- solo teniendo en cuenta el erróneo concepto de libertad religiosa vigente en aquella época. La Iglesia aclaró en el Concilio Vaticano II que es la dignidad humana, no la verdad, el fundamento de la libertad de conciencia y lamentó el uso de la violencia al "servicio" de la verdad.

El primer tribunal inquisitorial propiamente dicho nació en Sicilia en 1223, con licencia papal, a petición del emperador Federico II Hohenstaufen, interesado en congraciarse con Roma. En España se introduce veinte años más tarde; como en otros países europeos, los tribunales dependían de los obispos diocesanos y fueron generalmente benévolos. El origen de la Inquisición española se remonta a 1242 y su abolición definitiva data de 1834. Sin embargo, el Santo Oficio adquirió mayor auge desde su refundación por los Reyes Católicos en 1478 y hasta el advenimiento de la dinastía borbónica a inicios del XVIII.

El Santo Oficio español se convirtió con los Reyes Católicos en un tribunal eclesiástico supeditado a la monarquía; fue un instrumento represivo de la herejía y de la disidencia religiosa, influido con frecuencia por lo política, de un modo poco comprensible para la mentalidad actual.

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