martes, 10 de febrero de 2009

¿Muerte digna?

"Muerte digna". La verdad es que la expresión tiene truco: lo que se defiende no es el derecho a "morir" dignamente, sino el derecho a "matar" legalmente. Porque, no nos engañemos, lo que se pretende es dar "dignidad" a una acción que provoque la muerte (=que mate) a otro.

Es la misma táctica que en el aborto. Se intenta desdramatizar hablando de "interrumpir el embarazo" en lugar de lo que en realidad se hace: "matar al embrión".

lunes, 2 de febrero de 2009

No te chupes esa trola, Izaskun (Juan Manuel de Prada, 2.02.09)

SE han comentado mucho las diversas trolas que, con su habitual desparpajo, el presidente Zapatero prodigó durante su intervención en el programa televisivo «Tengo una pregunta para usted». Pero ya se sabe que nuestra época demanda politiquillos con cara de feldespato; y el presidente Zapatero, desde luego, descuella por encima de cualquiera de sus competidores en la satisfacción de esa demanda. Zapatero dijo sin rebozo que no había prometido el pleno empleo en esta legislatura, y también que no había permanecido sentado al paso de la bandera estadounidense durante un desfile militar, aunque haya testimonios gráficos que pregonen lo contrario. Pero Zapatero hace bien en mentir a mansalva, pues sabe que nada complace más a la España de ZP (Zombis Parados, en afortunada acuñación de Ruiz Quintano) que ser acunada con cuentos; y prueba de ello es que, a la conclusión del programa, se hizo una encuesta entre los zombis televidentes que deparó resultados beneficiosos para el trolero. Zapatero ha entendido mejor que nadie que la política es una idolatría, o sea, una falsificación de la religión; y si la fe religiosa consiste, según nos enseña el catecismo, en «creer lo que no vemos», la fe idolátrica consiste en creer que lo que vemos es falso. Consciente de ello, Zapatero puede negar la realidad sin empacho alguno, seguro de que sus zombis idólatras ni siquiera se inmutaran; y puede también estar seguro de que los zombis idólatras le agradecerán, aliviados, que mienta. Y que, como los troyanos hicieron con Casandra, sus aliviados y agradecidos zombis condenarán al ostracismo a cualquiera que se atreva a mostrarles la cruda realidad.

Pero la trola más cínica y nauseabunda proferida por Zapatero en aquel programa no fue ninguna de las que la prensa ha denunciado. La trola más cínica y nauseabunda se la dedicó a Izaskun, esa joven afectada por el síndrome de Down que, involuntariamente, se convirtió en la coartada del babosete ternurismo presidencial. Un rato antes, Zapatero había declarado que el aborto es un «derecho de la mujer», remitiéndose a «lo que ha dicho el Tribunal Constitucional». El Tribunal Constitucional ha dicho exactamente lo contrario; pero Zapatero sabe bien que, a requerimiento suyo, no tendrá empacho en desdecirse, pues cabalgamos hacia la conversión del Estado en una organización criminal, en donde a los tribunales no les corresponde otra misión sino legitimar las aberraciones jurídicas que disponga el sumo sacerdote de la idolatría, como acaba de hacer el Tribunal Supremo en su sentencia sobre la objeción de conciencia.

Pues bien, después de que Zapatero definiese el aborto como un «derecho de la mujer», la joven Izaskun preguntó ingenuamente por qué las personas con síndrome de Down se topan con tantas dificultades para encontrar trabajo. A lo que Zapatero tendría que haber respondido, en estricta lógica, que las personas con síndrome de Down no tienen derecho a reclamar nada, ni siquiera «derecho a existir». Se calcula que entre un 85 y un 95 por ciento de los niños concebidos con síndrome de Down son sacrificados en la España de ZP (Zombis Proabortistas) en el vientre de sus madres; cifra que, cuando el aborto sea considerado un «derecho de la mujer», como proclama el sumo sacerdote de la idolatría, no hará sino abultarse. Al acabar el programa, el trolero recogió el currículum de Izaskun y afirmó cínicamente que la pregunta de la joven le había hecho recordar las tareas por las cuales «merece la pena» ser presidente del Gobierno, cargo que le permite «tomar medidas para cambiar la vida de mucha gente» que, de lo contrario, «no tendría ningún horizonte». No te creas esas trolas tan nauseabundas, Izaskun: Zapatero piensa que no tienes derecho a existir; el único horizonte vital que te reconoce es el limbo; y las medidas que planea para cambiar la vida de personas como tú, afectadas por el síndrome de Down, consisten básicamente en evitar que sean alumbradas. No te dejes embaucar por la idolatría, Izaskun, y díle que se meta tu currículum por donde le quepa.