Evo, Fidel, el desarrollo y el nuevo año

Hoy, 1 de enero, leo la noticia de la visita de Evo Morales a Cuba. Hay un acuerdo que me llama la atención de manera especial: "Entre los puntos más sobresalientes del documento firmado por Fidel y Evo se encuentra el compromiso del gobierno cubano de apoyar a Bolivia en la eliminación del analfabetismo en un plazo de 30 meses, que correrán a partir del mes de julio de 2006."

No creo en absoluto que la solución de Venezuela sea Chavez; ni la de Cuba, Fidel; ni la de Bolivia, Evo... Pienso, incluso -y sin entrar ahora en profundos análisis- que esos gobiernos a medio-largo plazo van a ser un desastre para esos países y -sobre todo- para la población más empobrecida (no nos engañemos: los ricos hace tiempo que adoptaron las medidas pertinentes para salvaguardar sus dólares). Dicho esto:

a) Los países "occidentales" y las clases pudientes de Venezuela, Bolivia, etc. se han ganado a pulso el auge de estos movimientos sociales, a base de "marear la perdiz" y no adoptar medidas contundentes para resolver la pobreza -la miseria- de tantos ciudadanos. Nunca he podido acostumbrame a la visión de las laderas de Caracas repletas de "ranchitos"... realidad asumida con excesiva naturalidad por las clases medias y altas venezolanas como parte del paisaje urbano de la ciudad.
b) Como digo, tengo la convicción que desde el punto de vista de desarrollo auténtico, estos personajes populistas no van a lograr casi nada... pero al menos me alegra pensar que algunas medidas de choque -en el ámbito de la educación, o la salud, etc.- pueden ser realmente útiles, como ese acuerdo Cuba-Bolivia para eliminar el analfabetismo en el país andino.
c) Ojalá todo esto sea un toque de atención, y se tomen -nos tomemos- de una vez por todas en serio el desarrollo de los países empobrecidos, los objetivos del milenio, etc.

Hay gente que en la nochevieja acostumbra a hacer "profecías" para el año entrante; ayer una amiga me dijo que -con su cuadrilla- no hacían profecías sino "propósitos". No es mala idea. Un buen propósito para 2006: hacer lo que esté en nuestra mano -¡mucho más de lo que pensamos!- para cooperar en el desarrollo de tantos millones del personas del planeta.